Blogia
Adoptalia

Las coletas

A veces tengo miedo, un miedo irracional a no saber hacer. Me paro, lo pienso y no sé describirlo.

Hace unos años, ¡uf! más de siete años, acompañé a una amiga a varias clases de preparación al parto. Daba gusto estar allí, con aquel grupo de mujeres y hombres que abrían su corazón sin vacilaciones, surgieron muchos miedos. ¡Menuda pandilla de valientes! pensaba yo, escuchado como poco a poco intentaban explicar sus temores, sus dudas, por insignificantes que parecieran. Y lo conseguían, a veces gesticulando frenéticamente, otras poniéndose rojos como tomates, con risillas nerviosas o dejando salir el llanto.

Fue muy aleccionador estar allí, y tierno y hermoso. El grupo era muy heterogéneo, parejas con hijos, primerizas, madres que no tenían pareja, parejas que querían parir en casa, otras convencidas de parir en el hospital, amigas y hermanas de las protagonistas, y hombres, más de los que esperaba…

Muchos de los miedos tenían que ver con el parto: ¿sabré cuando es el momento? ¿podré hacerlo?, tengo miedo al dolor, a no saber empujar, creo que no sabré cómo ayudarla, no sé si aguantaré la espera…
Muchos con la crianza: y cuando haya nacido qué, y si no quiere el pecho, y si se me cae, son tan pequeños… no creo que sepa bañarla, y si no nace sano, y si no le gusto, y si no puedo adaptarme a estar tantas horas con él, mi amiga tuvo depresión posparto, después de nacer el bebé toda la atención se la llevaba él y lo pasó muy mal y si me pasa eso a mi…tendré que seguir trabajando, no sé como me lo voy a montar para ir a buscarla a la guardería, ¿la guardería será lo mejor para él? si no se adapta… no quiero dejarle con mi madre, es muy mayor y…

Una mujer, que esperaba una niña, dijo algo que nos hizo reír a todos - bueno yo no sé si voy a saber peinarle las coletas.
Ese era su miedo. Realmente, eso la angustiaba, no se sentía segura en ese aspecto, ella no era nada presumida y le parecía que no sabía arreglarse como mujer, ¿cómo iba a cuidar de una niña? Ponerle vestiditos, lazos y todo eso…

Recuerdo que volví a ver al grupo cuando ya habían nacido casi todos los bebés. Muchos de los miedos se habían superado con su llegada, con el estar juntos.

No sé, se me ocurre reclamar unas clases de preparación a la maternidad adoptiva, así a voz de pronto.

La primera vez que hablé con otras mujeres de algunos de estos miedos fue hace un par de semanas en una sesión casi íntima de chat, tres mujeres esperando asignación. Me resultó gratificante compartirlos, aunque fuese de forma virtual. Habría querido abrazarlas y sentir su contacto visual y escuchar esas risas que surgen cuando sientes que te has quitado un peso de encima y que se leen extrañas, juajuajua, jjejejejejej, jaaajajajajajj, en la linea del chat.

0 comentarios