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Internet

No soy muy amiga de las nuevas tecnologías, bien, digamos que me acerco a ellas desde la desconfianza y un respeto mal entendido, del todo inapropiado. Me gustaría tener otra actitud, supongo que es cuestión de tiempo. Soy de las de agenda de papel, pluma estilográfica y teléfono fijo. Pipo es todo lo contrario, siente una curiosidad innata por los chismes, cuanto más sofisticados mejor, cuanto más futuristas más le fascinan, lo mismo ocurre con la informática y la red.

Cuando yo no tenía ni idea de que existía Internet él ya era un virtuoso (seguro que esto le parece una exageración, un usuario avanzado, diría él) y, desde que empezamos esta andadura, me ha demostrado, con creces, lo valiosa que es esta herramienta.
Desde Internet tuvimos nuestro primer contacto con AFAC y con el Institut Català de l’Acolliment i l’Adopció, y desde entonces nos ha acompañado. Hemos conseguido teléfonos y direcciones de todos los organismos oficiales a los que nos hemos tenido que dirigir, informaciones de todo tipo, fotografías, noticias, historias, contactos, mapas… ¡que se yo!
Nos ha permitido conocer “virtualmente” a otras personas que están inmersas en la misma aventura. Nos permite intercambiar opiniones, información, sensaciones, curiosidades, miedos, charlar simultáneamente con personas de otras ciudades, Málaga, Tarragona, Madrid, Cuenca, Las Palmas…
Citarnos y conocer personalmente a otras familias que viven en nuestra misma ciudad o en poblaciones cercanas y compartir mesa en un restaurante (chino por supuesto) con ellas.

Pipo está como pez en el agua, recibe cientos de mensajes de las listas de AFAC, comparte la administración de la página de febrerines y marzianos, chatea siempre que puede, busca información, la cuelga, la copia, la selecciona,…
Confieso que no soy capaz de seguir ese ritmo. En mi cabeza no cabe tanta información. A mis dudas se añaden dudas que ni siquiera me había planteado. El afán de compartir la felicidad de otros me hace sentir mi propio proceso como algo ya vivido. Si aún no tengo razones para angustiarme, alguien en esta red sin fin, sí las tiene y me hace pensar que pronto las tendré yo también. Veo fotos de decenas de niñas hermosas y ninguna es aún la mía. Todos los acontecimientos se adelantan, alguien los ha vivido antes que yo…¡Uf! Me agota. Me siento invadida. Y a la vez, en algunas ocasiones he sentido que se invadía el espacio de otras personas, sin ninguna delicadeza, juzgando a troche y moche… Me rindo.

Le he pedido a Pipo que me tenga al corriente, que seleccione la información, las anécdotas, las fotos, en fin que haga de filtro. Es posible que más adelante vuelva a esa vorágine, pero de momento hago un paréntesis. Es un sol.

Aquí me siento cómoda. En este diario, que me recuerda a mi cuaderno con tapas de cartón duro, encuentro un espacio más íntimo.
Cuando Pipo me propuso la idea, me sentí un poco cohibida, pero enseguida me convenció. Una herramienta perfecta, fácil de usar, bien hecha, alguien que generosamente nos la ofrecía y la ponía a nuestra disposición. Empezó a ejercer en mí la misma fascinación que una hoja en blanco… y aquí estoy.

1 comentario

Carlos -

Hola!!

Me paso por aquí gracias a un link que os han puesto en blogia y me he quedado fascinado.

La idea de este blog es genial y vuestras (tus) palabras me parecen llenas de ternura y muy esperanzadoras.

Pasaré de vez en cuando para a ver como os va... animo y que os vaya todo muy bien.

Un abrazo, Carlos.